Emprender no es solo la habilidad para hacer empresa sino, sobre todo, la capacidad de innovar, de tener iniciativa, liderazgo personal, perseverancia e interés por crear valor en todo proyecto o actividad que se emprende.
Integrar a esta visión el dominio de un idioma extranjero te permitirá acceder a información especializada, ingresar a mercados internacionales, expandir tu negocio y ampliar tu networking.